La ruta 334 que une La Cocha con Taco Ralo está sumergida en el olvido. Pese a los reclamos frecuentes de los vecinos, a la carretera desde hace décadas no se le efectúan trabajos duraderos. Tampoco se solucionan a sus orillas los problemas de desagües que, en el verano, provocan el anegamiento del camino y de las propiedades de algunos lugareños. En los tiempos de lluvia, la 334 se torna intransitable y los pobladores de La Esperanza, El Palancho, El Mistol y Puesto Los Pérez, entre otros parajes de la zona, permanecen semanas totalmente aislados. En tiempos de seca, los vecinos piden obras y mejoras.
"El camino se transforma en un río y no nos deja salir a ningún lado. Quedamos atrapados", comentó la vecina Gladis Lastra, de La Esperanza. "Ya perdimos la memoria de cuándo el agua se llevó el pavimento de este tramo. Creo que pasaron 20 años", estimó.
Aunque en el pasado los 35 kilómetros de la ruta estaban pavimentados, ahora sólo quedan unos 15 km que van desde El Palancho hasta 7 km antes de Taco Ralo. El resto quedó de tierra, con algunos tramos socavados por las correntadas de agua que desbordan los ríos La Posta y El Sueño. Los vehículos están obligados a circular por sendas que se abren por las fincas.
"En verdad me cansé de hacer gestiones para que se hagan aquí obras que nos solucionen los problemas del camino y de las inundaciones frecuentes que soportamos en la época de tormentas. Lo último que me prometieron es incluir trabajos en el proyecto del Norte Grande. Y de eso ya pasaron dos años", comentó Carlos Correa, de El Mistol. "Muchos tenemos casas deterioradas por el agua. Otros quedaron con campos inservibles. Somos cientos de familias castigadas todos los años por la naturaleza y la falta de trabajos de desagües y de defensa de los ríos", agregó. A lo largo de los 35 km que se extiende la carretera, funcionan tres escuelas y los alumnos también padecen las consecuencias de los días de lluvia. Las clases, según comentaron los vecinos, deben ser suspendidas porque no se puede puede transitar por la ruta.
"Ojalá que algún funcionario se acuerde de nosotros. Que no sólo vengan por aquí cuando hay elecciones. Nos llenan de promesas, pero las soluciones nunca llegan. Que las traigan ahora", imploró Josefa Díaz. Los campos anegados por los desbordes de El Posta y El Sueño, se van transformando en salitrales que no permiten crecer los cultivos. El perjuicio ya lo acusan varios vecinos que se vieron obligados a abandonar el lugar, cansados de las inundaciones y también de quedarse sin poder hacer producir sus campos.
Responsabilidades
El titular de Vialidad Provincial, Raúl Basilio, admitió que existen tramos de la ruta que han sido "borrados" por el agua, pero explica que se trata de una responsabilidad compartida: "muchos finqueros de la zona no cuentan con una sistematización propia de las aguas, por lo que las vuelcan en la ruta, y esta se termina comportando como un canal. El camino está preparado para soportar cierta cantidad de agua, y el incremento que viene de las fincas es muy importante", resaltó.
Según Basilio, existe un convenio firmado hace algunos años con Vialidad Nacional para reparar la ruta, aunque el proceso no está avanzando. "Se trata de una obra muy grande que hace años ya superaba los 100 millones de pesos. La mayor parte del presupuesto se lo lleva la obra hídrica, la que implica incluso la expropiación de tierras linderas para hacer canales y otros trabajos", informó. "De todos modos, no está intransitable y recibe un mantenimiento", aseguró.